viernes, 6 de marzo de 2009

DIA DE LA MUJER TRABAJADORA

Dia de la mujer "trabajadora", lo leo y me parece mentira. En verdad me alegra que podamos celebrar que hubo un tiempo en el que las cosas empezaron a cambiar, y la mujer comenzó a caminar por el sendero de los derechos y la libertad, pero aún son muchos los pasos que tenemos que dar en ese camino. Lo que no entiendo es el porqué de la acepción "trabajadora". La mujer en sí misma es trabajadora por naturaleza y por obligación. El tiempo pasa, las cosas cambian, pero los roles no han cambiado. Lo único que ha cambiado es que ahora trabajamos para nosotras, para nuestra familia y para los demás, y el hecho de celebrar un día de la mujer tiene poco sentido, porque nuestros son todos y cada uno de los días que dedicamos a los demás, sin que por eso se nos considere especiales. Lo que celebramos es que se haya reconocido nuestro derecho a ser personas, a acceder al mercado laboral, a tratar de vivir en igualdad ....ja, ja, ja, me río yo de todo eso, me río de la conciliación de la vida laboral y familiar, me río de la igualdad de salarios y condiciones laborales, me río de las migajas que nos dejan y de que traten de convencernos de que todo va mejor. Qué es lo que va mejor, que tengo que levantarme por la mañana a la puñetera carrera, darme una ducha rápida, arrastrar a las niñas fuera de la cama para vestirlas, preparar el desayuno, secarme el pelo sin mirarme al espejo mientras les grito, ¡acabad de desayunar de una vez, que no llegamos! Y entonces a una se le cae el yogur encima, y bajas a la puñetera carrera a buscar otra cosa que ponerle, que como no has terminado de planchar tiene un kilo de arrugas, y entonces le pones una chaqueta encima para que no se vean, y vuelves a chillar, para acabar saliendo tarde, y llegando tarde al cole. Vuelves a salir corriendo, por supuesto tu café se ha quedado helado encima de la mesa, y te vas a trabajar. Si tienes jefe malo, porque llegas con la hora pegada al culo, si como en mi caso eres tu propio jefe, malo porque tienes una reunión a primera hora y llegas tarde. Te miras en el espejo del coche y das pena, no encuentras un puñetero sitio para aparcar, al final llegas a la oficina, te metes en el baño, te echas unos pegotes de maquillaje y colorete, un poco de perfume de muestra que encuentras en el bolso, y sales con cara de soy perfecta y estoy relajada. La reunión es un asco; tienes delante un ejecutivo de traje impecable que por supuesto habrá planchado su señora esposa por la mañana, entre grito y grito a los niños, que no deja de hablar de cosas que no te interesan, pero tienes que aguantar, porque aunque tu ya sabes que no vas a ganar dinero hoy, la guía de "cómo hacer negocios" que han diseñado los hombres durante años te obliga a escucharle, incluso a sonreir como una estúpida. El teléfono no para de sonar, tienes el correo lleno de emails, un par de clientes esperando en la entrada, la mesa llena de correo sin abrir, la impresora que acaba de atascarse...y el tío del traje sigue hablando, y tu te disculpas, y tratas de acortar su discurso en la medida de lo posible pero nada, no hay forma. A media mañana todo se para por un instante y te dirijes a la máquina de café como si fuese a regalar billetes de 50 euros, y cuando te dispones a relajarte en el primer sorbo amargo, todo vuelve a acelerarse, y vuelves a dejar tu cafe frío sobre la mesa. A la hora de la salida, viene un cliente de los buenos, y le atiendes, y ves que no llegas a recoger a las niñas al cole. Al final vuelves a correr, ahora llueve, te dejaste el paraguas en el coche, por el camino llamas a tu amiga María para que espere con las niñas porque te vas a retrasar unos minutos, entras haciendo rallie en el cole, y el municipal te hace un gesto de desaprobación. Te bajas del coche, dejándolo tirado en vez de aparcado, empujas a las niñas hacia el coche, y vuelves a correr para llegar a comer. La tarde transcurre de un modo parecido y a las 9 de la noche estás echa unos zorros, no tienes ganas de cenar, miras a tu alrededor y la casa da pena, y para colmo tu señor esposo llega diciendo que ha tenido un día terrible y está agotado. Entonces es cuando te acuerdas de lo bello que es ser mujer y trabajadora, y te entran unas ganas terribles de celebrarlo. Pero la pesadilla no termina ahí, porque verdaderamente hay gente que te ve como la mujer trabajadora ideal, así que en el cole te piden que vayas a contarle a los niños algo acerca de tu trabajo, y tu vida como mujer, madre, y trabajadora...¿que les cuento?
Dejaré que sean felices, aún son demasiado pequeños para saber la verdad.
Feliz día de la mujer chicas.

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