miércoles, 4 de marzo de 2009

HISTORIA DE LA PUTA CRISIS

Jamás una palabra había paseado tanto por nuestras vidas como en esta ocasión. Vaya donde vaya la crisis me acompaña. Los periódicos, los telediarios, los blogs, las webs, la cola del supermecado están cargadas de "crisis" y sinónimos. Lo triste de todo esto, y lo que más me cabrea es que todo el mundo se empeña en buscar explicaciones sencillas para que los pobres ignorantes, los ciudadanos de a pie, entendamos cómo hemos llegado a esta situación, y quienes son los culpables. Buscan para nosotros paquetitos de explicaciones con la esencia de lo que se supone que tenemos que entender, y eso, ¿debido a qué estúpido motivo?. Se supone que el hecho de saber el cómo, el dónde y el por qué ¿nos hará más felices?, acaso las charlas al respecto nos convertirán en seres más capacitados para superarla, o borrarán los números rojos de nuestras cartillas bancarias a fin de mes. Pero aún puede ser más desesperante, y no contentos con generar la interminable lista de culpables, tenemos que tragarnos las disputas televisivas en las que gobierno y oposición pierden el tiempo acusándose mutuamente. La realidad es muy distinta: la realidad es que nos importa poco cómo empezó todo, quién se encargó de dejar que llegara a este extremo, y quién ha cerrado la puerta de salida. Lo que en verdad nos importa es que somos cada día más los que hemos perdido nuestro puesto de trabajo y vemos con desesperación que el salario de nuestra pareja no nos da para llegar a fin de mes. No habíamos comprado un piso que no podíamos pagar, las hipotecas subieron más de lo esperado y nuestros sueldos no lo hicieron. Cuando pedimos un aumento de nuestro préstamo el banco nos sangró con los tipos de interés y nuestro problema creció. Tratamos de vender nuestra vivienda y no pudimos. Al final el banco se la queda y nosotros intentamos irnos de alquiler, pero con un sueldo mil eurista no podemos pagar 500 euros de alquiler y 30 de comunidad. Podemos irnos a las afueras y pagar 400 incluida comunidad, pero necesitamos el coche para llevar y traer a los niños al colegio. Si a los 400 euros, añadimos la luz y el agua (hemos dejado de hablar por teléfono) nos queda con suerte la mitad del sueldo para comer. Eso teniendo en cuenta que dejaremos el coche que no hemos podido vender en la calle, que no lo utilizaremos, ni usaremos el autobús, y nuestros fines de semana serán paseos por el parque con el perro y los niños, que gracias a Dios por sentarse en el columpio no cobran. Pero el coche tiene que pasar la Itv, y tenemos que pagar el impuesto de vehículos (que estamos en período de recaudación), y las niñas quieren ir a esa excursión del cole que cuesta 10 euros. Las deportivas están rotas, pero este mes ya no tenemos dinero para pagar unas nuevas, los pantalones se han quedado pesqueros, y el cabrón del coche no pasa la Itv, y te dan ganas de dejarlo en el taller, pero no puedes. La calefacción se ha estropeado, y no importaría si estuviésemos en primavera y no tuviésemos niños, pero es invierno, y hace frío. Nos hemos cargado el mes, si arreglamos el coche para que pase la Itv, nos quedamos sin calefacción, eso teniendo en cuenta que para llevarlo a la Itv hemos tenido que echar gasoil en el depósito, que estaba canino, porque para qué lo vas a llenar si lo tienes en la calle y no lo usas. Al final pagamos el impuesto de vehículos, pasamos la Itv, y le dejamos a deber al del taller (que por suerte o por desgracia es amigo nuestro), las niñas no van a la excursión, mi madre nos deja un radiador para calentarnos (el mes que viene subirá la factura de la luz), compramos unas deportivas penosas que les durarán dos clases de gimnasia, metemos los pantalones por dentro de las botas, nos traemos los tuperwares de casa de la suegra y de la mami (que siempre son muy socorridas), y no nos miramos al espejo durante un mes para no vernos las canas y las arrugas. Hemos cambiado nuestro perfume favorito por la colonia de los niños, incluso el perro huele a bebé, este mes ha tenido 28 días, y el día 28 yo tenía 5 centimos de euro en el bolsillo. Aún le debemos dinero al del taller...

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